Muchas veces nos encontramos con el consejo “aprende a decir que no” pero muy pocas veces comprendemos qué es lo que ganamos NO haciendo o, peor, que es lo que perdemos aceptando todo.

Una frase que me quedó grabada es: “A menudo lo bueno es enemigo de lo mejor”. Esto quiere decir que el miedo a decirle que NO a algo bueno puede bloquearnos la entrada a algo mejor. Entonces la idea no es simplemente decir que no a lo que NO queremos hacer, sino decir que NO a lo que sería bueno realizar pero que no cumple con nuestra meta final o visión. Por eso es importante tener esa visión: para evitar decir que sí a cuestiones que no nos lleven a ese objetivo final que estamos persiguiendo.
Para poder hacer esto, además de tener una visión de a dónde queremos llegar, tenemos que aprender a que las cuestiones cotidianas no nos manejen a nosotros sino a la inversa: poder decir que no a lo urgente para decirle que sí a lo importante.

Si vemos esta matriz de administración del tiempo es muy probable que a todos nos tire resolver los cuadrantes 1 y 3 («lo urgente») pero si nos ponemos a trabajar en el cuadrante 2 seguramente tengamos impacto en reducir las urgencias. El problema es que lo no urgente pretende proactividad desde nuestro lado para sentarnos a hacerlo. No son actividades que estén presentes día a día.
Sepamos que siempre estamos diciendo que NO a algo. Si no se lo decís a lo urgente seguramente se lo estés diciendo a lo importante. Incluso aunque lo urgente sea bueno puede ser que nos esté alejando de lo que es MEJOR para nosotros.
Quienes pueden priorizar lo importante y no urgente lo hacen porque saben a dónde quieren llegar, cuál es su objetivo, cuál es su misión y lo tienen super internalizado: sus decisiones primero pasan por su misión y después elaboran una respuesta. Cuando uno puede decir que NO a lo urgente pero no importante es porque tiene un SÍ más grande dentro suyo que lo está guiando a otro lado. Entonces lo importante es poder tener esa autonciencia y entender: Qué es lo que quiero? A dónde quiero llegar?
Y esa es la cuestión…
Deja un comentario